miércoles, 5 de febrero de 2020

ELADIO EN EL HOGAR EXTREMEÑO

Queridos amigos,
A continuación os dejo una crónica para la prensa hecha por Pilar Rubio, Vocal de Cultura del Hogar Extremeño de Madrid.

El sábado 1 de febrero el Hogar Extremeño de Madrid, sito en Gran Vía, 59, un Centro Cultural escaparate de Extremadura, donde se proyectan las raíces, las artes, las letras y el folklore, recibió al afamado guitarrista Eladio Domínguez, natural de Villanueva de la Sierra (Cáceres). 
Con un excelente repertorio de bulerías, valses, zorongos, soleás y tanguillos, en el que no faltó el recuerdo a los mejores guitarristas de nuestra historia musical española, Domínguez logró poner al público en pie aplaudiendo su actuación, enfervorizado. 
De talante alegre y amable, es Eladio un hombre humilde a pesar de su sabiduría, curtida desde niño en los Coros de los colegios de la Salle de Plasencia y de Griñón. 
Estudió solfeo y guitarra clásica en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid. Años más tarde, se dejó llevar por el flamenco de Paco de Lucía. Asevera, con orgullo, que siente por la guitarra “amor puro al instrumento”.
En su Expo-barbería madrileña de la calle Sánchez Barcáiztegui, 8, en Pacífico, el cliente puede apreciar que Eladio es un profesional interesado en la historia de la barbería, pues  ha reunido objetos y libros, fundamentalmente heredados de su familia (representa a la sexta generación de barberos),  y también obtenidos de las aportaciones de barberos mayores que han visto en él un relevo generacional. El resultado es una excelente colección donde se aúnan el arte, la literatura y la estética. Los clientes jamás salen defraudados, pues pretendiendo arreglarse el pelo o la barba es fácil que alegren su ánimo a ritmo de bulerías. 
Dice que él es peluquero antes que guitarrista. Los que tuvimos la suerte de escucharle y vivir su pasión por ella, advertimos su gran profesionalidad y estamos deseosos de que vuelva a deleitarnos con otra velada mágica en la que espontáneos por doquier recitaron y cantaron al ritmo del tañido de su guitarra.

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